La era digital supone una gran aliada para la comunidad emprendedora y para toda aquella persona que desea poner en marcha un negocio.
Lo que comenzó en un garaje, como Skyscanner, el motor de búsqueda que compara vuelos; o Shazam, la popular app que reconoce cualquier canción, es susceptible de transformarse en una compañía de alcance internacional.
Las herramientas para triunfar lanzándonos a la aventura de montar nuestra empresa resultan inmejorables en la actualidad.
Disponemos de los instrumentos. Ahora, solo hace falta estar dispuestos a convertir en realidad nuestra idea. Pero con las ganas no basta. ¿Tenemos lo que hace falta para este gran reto?
Los buenos emprendedores/as comparten conductas básicas y cualidades ineludibles que los conducen a la gloria laboral vendiendo su producto.
A continuación, te contamos las diez características de la comunidad emprendedora que nos sacarán de dudas. ¿Tenemos madera para el emprendimiento?
El decálogo de características de la comunidad emprendedora que no te debes perder
1. Pasión
La vocación supone el leitmotiv de toda profesión. No podremos dedicarnos en cuerpo y alma a nuestra marca si no nos gusta lo que hacemos.
El entusiasmo ayuda a que el sacrificio que conlleva toda actividad profesional no implique padecimiento, sino deseo de superación. El amor a nuestra ocupación resulta fundamental en el emprendimiento. Trabajar en aquello que nos apasiona nos otorga independencia y autoconfianza, y eso supone una de las características del emprendedor/a de éxito.
2. Creatividad
Montar una empresa requiere inventiva. La imaginación nos da alas para mostrarnos ambiciosos y captar oportunidades en lugares inhóspitos. No se antoja primordial concebir un producto aún no inventado, sino mejorar aquello que ya prolifera en el mercado.
La aptitud innovadora garantiza la diferenciación; y esa autenticidad ejerce como una de las destrezas que ponen en práctica los empresarios y empresarias de éxito.
3. Responsabilidad
Sensatez y seriedad. Llegar el primero al puesto de trabajo y marcharse el último. La dedicación funciona como un arma principal en todo emprendedor/a que logra el reconocimiento.
Además, la toma de decisiones requiere compromiso, pues tendremos que valorar las implicaciones y las consecuencias de apostar por un camino u otro. La responsabilidad que comporta asumir riesgos se incrementará si no tenemos socios
4. Capacidad para adaptarse a los cambios
No nos engañemos, si hay un estado continuamente presente en el emprendimiento es la incertidumbre, y resulta algo que ha llegado a convertirse en una de las características de la comunidad emprendedora. No existe una fórmula milagrosa que catapulte a la victoria eterna a una compañía.
El mundo evoluciona a pasos agigantados y, aunque podemos sospechar ciertas alteraciones en el devenir de los acontecimientos, no tenemos la certeza de qué aspectos cambiarán y en qué medida. Por este motivo, la flexibilidad de la comunidad emprendedora supone un punto a su favor cuando la incertidumbre merodea en el mercado.
5. Visión
Esta capacidad se relaciona con la anterior.
Como una de las características de la comunidad emprendedora si, además de ser flexibles, contamos con la destreza de adelantarnos a los acontecimientos, tendremos la mitad del camino ganado.
Encontrar las soluciones antes de que irrumpa el problema parece la situación deseable. Esta habilidad suele germinar con los años de experiencia, aunque todo principiante en este apasionante mundo del emprendimiento ha de estar dotado de la capacidad de contemplar diferentes enfoques.
6. Coraje
A Walt Disney lo echaron de su puesto de trabajo por falta de imaginación. Esta negativa a claudicar caracteriza a todo emprendedor/a, cuyas ideas se asientan en la tenacidad y el desconocimiento de la rendición. La determinación y la valentía para cumplir nuestro sueño, aunque otros nos digan que estamos equivocados, nos indican que caminamos en el sentido correcto si deseamos emprender.
La osadía, el ímpetu, el arrojo, la persistencia y la audacia son características de la comunidad emprendedora que no deben faltar si nuestro objetivo es montar un negocio. No significa que acometamos riesgos lanzándonos por un precipicio. Debemos calcular cada uno de nuestros movimientos.
7. Organización
Para enfocar los esfuerzos hacia aquellos aspectos que sustentarán los logros de nuestra compañía tendremos que seguir una planificación. Este bosquejo de actividades estará basado en metas estratégicas. Se trata de un programa no cerrado, es decir, susceptible de adoptar ajustes permanentes debidos a los posibles cambios anteriormente mencionados.
Estas modificaciones nos conducirán a esa meta a largo plazo que debemos plantearnos.
Además, en este esquema también prevalecerá la eficiencia, es decir, el desempeño de las funciones que impliquen menos costes y más rapidez. Con este método controlamos las acciones para comprobar que vamos por el buen camino. En definitiva, el emprendedor/a previsor/a también vale por dos.
8. Liderazgo
Tolerar errores, establecer metas, dar ejemplo, fomentar el potencial de cada uno de los miembros de la empresa, propiciar la reflexión… Las cualidades de un líder son también las virtudes de un emprendedor/a0. que pisa con fuerza en su recorrido laboral.
Estas personas reúnen a equipos altamente cualificados y establecen la armonía en su plantilla. El buen ambiente resulta indispensable para vencer en el complicado mundo de los negocios, pues la eficacia y el valor de cada uno de los miembros se consideran esenciales.
9. ‘Networking’ permanente
Crear un tejido de contactos nos permitirá vender más y vender mejor. Esta filosofía, especialmente efectiva en el universo emprendedor, nos hará conseguir también mejores precios con los proveedores, así como fidelizar nuevos clientes o ganar buenas recomendaciones sobre nuestros servicios.
Esta red se amasa con constancia y paciencia, pues no es suficiente con sumar adeptos, sino que, además, debemos cuidar nuestra relación con ellos para que se prolongue en el tiempo.
Una de las características de la comunidad emprendedora es su habilidad para persuadir. Por otro lado, las redes sociales se han convertido en eficientes socios para este cometido. Entre otras cosas, contribuyen a la buena administración del tiempo del empresario.
10. Cumplimiento de los compromisos
Toda empresa respetable ha de proyectar una imagen seria. La formalidad implica sensatez y solvencia, dos virtudes que aportan a la compañía la credibilidad que requiere para su triunfo en el mercado. Uno de los cometidos que todo emprendedor de futuro debe cumplir es la ejecución de cada una de sus promesas.
Dar al cliente aquello que se le ha garantizado ayudará a nuestra marca a labrarse un buen nombre. En este sentido, el boca a boca, alentado en la actualidad por la inmediatez de los canales digitales, agiliza un proceso que hasta no hace mucho resultaba más pausado.
Estas características de la comunidad emprendedora resultan básicas y claves para potenciar tu negocio. ¿Ya las aplicas?
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