El I Ciclo de Conversatorios sobre profesionales de la pedagogía acogió la semana pasada a personas expertas en diferentes ámbitos y al alumnado de la Facultad de Pedagogía. Fue un encuentro que pretendió transmitir experiencia en el entorno laboral para aclarar dudas al alumnado, en base a lo que se dedicará y puede especializar el día de mañana. También, fue un espacio dedicado a dar voz y transmitir pasión por la pedagogía.
Un ambiente cercano y amigable acompañó los cuatro días a estos conversatorios gracias a la acción del Laboratorio de Innovación Social de la Universidad (LabINS). Como introducía su directora Mónica Dios “esta iniciativa de los conversatorios forma parte de una estrategia más amplia en la que queremos poner en valor el conocimiento que vive en los márgenes en los contextos de la innovación como la pedagogía y la filosofía”. Desde el Laboratorio se considera fundamental incorporar en los procesos de innovación el conocimiento social, humanístico y artístico como el conocimiento que pone “en el centro a las personas”. Estos primeros conversatorios están enfocados a poner en valor la pedagogía como profesión ofreciendo otras miradas más allá de la orientación educativa.
En los conversatorios se habló de esfuerzo, confianza, interés, ruptura con el miedo al futuro profesional, trabajo disciplinar y muchas otras cuestiones. Se espera que el alumnado tome las riendas de su futuro académico y profesional, se especialice y se interese y, sobre todo, se abogue por dar voz a la pedagogía en todos los ámbitos de la vida. Así, algunas personas participantes expresaban que la pedagogía está olvidada y que hay que reivindicar nuestro espacio, desde el respeto y el trabajo conjunto con otras disciplinas. Además, se pretende poner en valor la profesión no solo en el ámbito formal, sino que otros organismos o instituciones conozcan el perfil y la labor de profesionales de la pedagogía y quieran contar con su figura como motivo de suma y mejora.
En el primer conversatorio se habló sobre pedagogía y formación no formal de la mano de María Eugenia López Báez y Sergio Rodríguez Santana. Dos profesionales que dejaron claro lo que amaban su profesión y la importancia de que la persona se dedique a lo que sepa que va a disfrutar en su día a día. También, resolvieron dudas del alumnado asistente, en cuanto al acceso a este tipo de perfil. Fue un arranque de este primer ciclo apasionante, el cual dejó a algunas personas con ganas de repetir.
El miércoles se habló de pedagogía y colectivos vulnerables con Inés López Medinilla y Rubén González Lemes. Hicieron hincapié en la importancia del conocimiento y concienciación del alumnado si el día de mañana escogían esta especialización. El invitado decía que “la implicación emocional puede quemar”. Sin embargo, coincidían en su amor por lo que hacían. También recordaron y aconsejaron tener herramientas de autoprotección y desconexiones puntuales.
El jueves la pedagogía hizo eco del emprendimiento como una posible alternativa. Intervinieron David García Hernández y Ana Isabel González Herrera. Fue así como, desde sus respectivas empresas, hicieron un recorrido por su vida laboral desde que germina la idea que tenían hasta que se solidifica. Apoyan el trabajo en equipo para conseguir mejores resultados y en potenciar aquello en lo que una persona es buena. Hicieron alusión a encontrar las grietas del sistema, ver la oportunidad y defender y creer en el proyecto que una persona tenga.
Finalmente, el viernes se cerró estas sesiones hablando de pedagogía y sector privado, aunque también se trató la importancia y cabida de la pedagogía en organizaciones o instituciones públicas. Las personas invitadas fueron Mónica Yballa González Delgado y Aaron Santana Guanche. Se animó al alumnado a ser entregado y constante, así como a aclarar aquellas acciones y/o tareas que podían desempeñar como pedagogas y pedagogos en empresas el día de mañana. Mencionaron la importancia de las personas dentro de una empresa y que era un buen momento para el rol de la pedagogía en las organizaciones. Recalcaron que las empresas lo que quieren son personas con una buena actitud, que sepan desarrollar bien su trabajo y enfrentarse a las diferentes situaciones que se van dando.
Todas las personas invitadas, durante los cuatro días, apuntaron la importancia de ser proactivos y proactivas en la profesión, reivindicar y visibilizar la profesión, perder el miedo, tener actitud y confianza. El alumnado, en muchas ocasiones hizo alusión al miedo al futuro, sin embargo, se creó un diálogo de reflexión con respecto a esta idea para clarificar que en cada paso que se da se está construyendo, siempre que sea aprovechado. Lo importante: trabajar desde la constancia para ser mejores profesionales el día de mañana hasta hacerse un hueco en aquello que les apasiona.
En definitiva, estos conversatorios cumplieron con su objetivo: dar voz y visibilizar diferentes ámbitos de la pedagogía. Es un pequeño gran paso para un posible cambio y transformación de la profesión el día de mañana. El alumnado podrá seguir reivindicando la profesión, como lo han hecho hasta ahora muchas pedagogas y pedagogos, porque la educación es importante en todas sus formas.