El Gobierno de Canarias ha organizado una serie de encuentros denominados Diálogos para el cambio con la intención de adaptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a la realidad medioambiental, social y económica del Archipiélago. Con este fin, se pretenden realizar encuentros de grupos intergeneracionales que pongan en común las distintas perspectivas que, sobre esos ámbitos, ofrecen personas de diferentes edades y procedencias sociales.
El director general de Investigación y Coordinación del Desarrollo Sostenible, David Padrón, declaró: “Con esta actividad se espera activar una conversación sobre cómo se podría articular una Agenda 2030 que aborde los retos locales desde una mirada integradora”.
Durante la primera jornada se hizo una breve presentación del proyecto, luego se dividieron las charlas en colectivos por edades. Estos estaban repartidos en la sala de la infancia, conformada por infantes y moderada por el personal docente; la sala de la adolescencia, integrada por distintos institutos moderados por el profesorado; la sala de la juventud, compuesta por el estudiantado universitario, y la sala de los mayores, constituida por personas adultas, en su mayoría jubiladas.
En las charlas, según los ejes temáticos de los ODS, se habló de personas, planeta, prosperidad, paz, alianzas, patrimonio y culturas. Los participantes aportaron sus ideas, intentando crear un consenso entre los distintos grupos intergeneracionales.
En la sala de infancia los diálogos fueron posibles gracias a tres centros educativos: CEIP Bethencourt Alfonso (Tenerife), CEIP La Verdellada Aldeas Infantiles (Tenerife) y CEIP La Laguna (La Palma). Los colegios expusieron unas conclusiones claves. En cuanto a las luchas sociales, llegaron al consenso de la necesidad de invertir en educación para que todas las personas puedan acceder a las mismas oportunidades. Señalaron que el personal docente debe trasladarse a los países subdesarrollados para fundar escuelas. También hicieron hincapié en erradicar la violencia machista.
Respecto a las luchas medioambientales, se insistió en el saneamiento del agua y en la incorporación de energías renovables, ya sea utilizando coches eléctricos o con el uso de placas solares. Consideran de vital importancia abandonar el consumo de plástico, pues está acabando con nuestros fondos marinos. Mostraron su desprecio absoluto a la masiva deforestación: “Los bosques no son vertederos donde lanzamos la basura”.
En cuanto a las alianzas sociales, demandan la necesidad inmediata de que Europa trabaje para acabar con la crisis migratoria ya que “hay espacio para todos”. En cuanto a la cultura y patrimonio, se subrayó que gustaría ver que “Canarias tenga una representación internacional”.
En la sala de la adolescencia se expusieron las principales preocupaciones de sus protagonistas, como es el uso negativo de redes sociales, el acoso cibernético y una gran preocupación por la igualdad de género. Sobre medidas medioambientales, las personas presentes mostraron su negativa a la creación de complejos turísticos en zonas protegidas.
El grupo juvenil conformado, en su mayoría, por alumnado universitario, centró sus conversaciones en la nutrición saludable. Pues “los índices de obesidad infantil son inadmisibles”. También se apuntó que el foco de los objetivos se debería poner en la creación de empleo para la protección de la biodiversidad.
El colectivo de mayores tuvo una preocupación fundamental: Evitar el envejecimiento pasivo. La soledad no deseada, el sentimiento de discriminación y la precariedad laboral para las personas de sesenta años, generan una sensación de abandono por parte de la sociedad. Por ello, insisten en buscar la participación activa a través de distintas formaciones. Les gustaría poder participar en proyectos sin sentir que son “demasiado mayores”.
En el aspecto de patrimonio y cultura, desean colaborar con la población joven para enseñarles costumbres y tradiciones canarias. Demandan la recuperación de una memoria histórica ya que, “es muy importante recordarle a las generaciones futuras el pasado”.