El programa Cataliza, que desarrolla la Fundación General Universidad de La Laguna (FGULL), tiene un amplio abanico de posibilidades para los recién graduados que se adscriben a él.
Una de ellas es la de formarse para trabajar en la docencia, en un centro como la Academia Se Puede, que en la actualidad tiene tres jóvenes en prácticas entre sus filas.
Su director general, Luis Moreno Arias, tiene ya experiencia -positiva- en este programa, puesto que su empresa colabora con Cataliza desde la segunda edición.
Por ello, sabe cuáles son las expectativas de alumnos y empresas que los acogen y que, en el caso de Se puede, cuentan, a posteriori, con ellos para incluirlos en su plantilla, lo que sin duda es un acicate para quienes comienzan a introducirse en el mercado laboral.
Este es el caso de los tres jóvenes en prácticas: Mónica Gómez Pestano, graduada en Pedagogía, especializada en Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana; Loreto Rodríguez Espinosa, graduada en Matemáticas y Carlos Perdomo Guadalupe, graduado en Química.
Todos conocieron Cataliza a través de amigos o compañeros de Universidad y, aunque sus objetivos son diferentes (Mónica no sabe aún qué hará tras concluir el periodo de prácticas, Loreto se orienta hacia la docencia, mientras que Carlos ahorra para cursar un máster que complete su formación), los tres coinciden en los beneficios de participar en el programa.
En ese sentido, Mónica Gómez señala que Cataliza “es una de las mejores vías para comenzar en el mundo laboral, ya que gracias a éste tenemos la posibilidad de empezar a llevar a cabo todo aquello que teóricamente conocemos”.
En cuanto a la integración en la empresa, la joven destaca que “desde un principio encajé perfectamente con todo el personal”, lo que, para ella, “es uno de los puntos más importantes, ya que en el día a día es un apoyo esencial”.
De las prácticas valora, sobre todo, “la posibilidad de llevar a cabo todo aquello que he aprendido teóricamente y hasta ahora no he podido demostrarlo. Además, he podido aprender muchas más cosas de las que ya conocía anteriormente”.
Por su parte, Loreto Rodríguez tiene claro que su futuro está “en la enseñanza, ya sea en un colegio o a niveles mayores” y para ello se prepara.
En el caso de Carlos Perdomo, su acercamiento a la docencia comenzó con unos talleres llamados “Acércate a la Química”. Tal y como relata, “en estos cursos dimos clases prácticas, con pinceladas teóricas, a chicos de diversos institutos. Este fue mi primer contacto con la docencia, me gustó y me llevo a decidirme por el Master de profesorado”.
Por eso, su experiencia en la academia Se Puede va en consonancia con sus expectativas, porque, como cuenta, “en este mes y medio me he sentido siempre apoyado y mi opinión siempre ha sido atendida para mejorar la empresa”.
Perdomo considera -como sus dos compañeras- que seis meses “son suficientes para adquirir los conocimientos necesarios que puedas aprender de la empresa y para que la empresa te conozca”.
En ese sentido, los beneficiarios de la beca coinciden con Luis Moreno, quien añade que “menos tiempo podría impedir la completa formación de los jóvenes y más tiempo podría resultar frustrante para los alumnos en prácticas, ya que al final lo que ellos buscan es un contrato de trabajo”.
Esa es la aspiración de muchos de los alumnos de Cataliza, y, en el caso de la Academia Se Puede, se transforma en realidad, puesto que como explica su director: “Todos los alumnos que han realizado las prácticas del programa Cataliza en nuestra empresa en anteriores ediciones o incluso en esta misma edición y las han finalizado, han continuado luego con nosotros en la academia con un contrato laboral, así que no tengo una mejor manera de decir que según mi opinión el programa Cataliza es una vía adecuada para la inserción profesional”.
“Cataliza es perfecto para la transición de lo teórico a lo práctico”
Moreno valora la formación impartida en la Universidad de La Laguna “que cubre las necesidades de los empresarios”, aunque, como reconoce, “es cierto que la formación es meramente teórica y, para esto, un programa como Cataliza, viene muy bien para la transición de lo teórico con lo práctico y poder llevar a cabo una fácil conexión entre los estudios universitarios y el mercado laboral”.
En ese sentido, Loreto Rodríguez, apunta que “las licenciaturas nos preparaban mejor para enfrentarnos a la vida laboral y la enseñanza era mejor”.
No obstante, anima a que más empresas se acojan al programa Cataliza, “pues permite empezar en el mundo laboral a más alumnos y mayor variedad a la hora de elegir una empresa donde darse a conocer”.
En este caso, el nombre de la empresa colaboradora es revelador: A través de un programa como Cataliza la inserción en el mercado laboral se convierte en algo más cercano. Se puede.