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Solicitar cita previamartes 07 de abril de 2015 - 14:05 CEST
Hoy,7 de abril, se celebra el Día Mundial de la Salud, que la OMS dedica este año a la calidad y seguridad de los alimentos.
Cada vez que se modifica un alimento desde su origen añadimos un riesgo potencial para nuestra salud. Para la investigadora del Instituto de Bio-Orgánica Antonio González de la Universidad de La Laguna y del Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias (CIBICAN), Gabriela Brieba, ‘cuando modificamos un alimento añadimos un elemento que es susceptible de causar un problema de salud. Cuando refino, purifico o transformo un alimento con aditivos, en cualquier punto del procesado, hay riesgos potenciales de alterar sus cualidades, sin que necesariamente sean todas negativas’.
En este sentido, la investigadora reconoce que el mercado manda y en ocasiones prima la oferta y la demanda sobre la seguridad de los alimentos. ‘Está claro que cuando yo manipulo un alimento lo altero; esa manipulación aporta una ganancia y un riesgo. Por ejemplo, cuando convierto la leche en queso prima la ganancia, pero cuando refino el azúcar el riesgo está por encima de la ganancia’.
Como afirma la investigadora de CIBICAN, estas ganancias no tienen porqué ser alimentarias. De hecho, ‘suelen ser económicas, ya que el fabricante busca vender más, procesando los alimentos para hacerlos más apetecibles o atractivos, e incluyendo ingredientes que en su origen no existían y que pueden suponer un riesgo para la salud de los consumidores’.
Para evitar problemas con la alimentación, la investigadora recomienda leer atentamente las etiquetas de los alimentos y la información que nos proporcionan los restaurantes.
La dieta
La palabra dieta tiene un componente negativo, ya que se asocia a adelgazamiento y a la reducción de ingesta de algún alimento o complemento. Sin embargo la dieta es solo el conjunto de alimentos que ingerimos a diario. Según la investigadora del CIBICAN, ‘la adecuación de la dieta es la clave de la salud; si sabemos que digerimos mal las grasas por un problema genético o ambiental, tenemos que hacer una reducción de ingesta de grasas, y aquí está el trabajo de los nutricionistas y endocrinos, quienes diseñarán una dieta adecuada a sus características’.
El análisis genético de cada persona definiría exactamente su dieta ideal, aunque esto, como reconoce Brieba, aún está lejos de ser una realidad. ‘El estudio del perfil genético es muy caro, pero tampoco es imprescindible. Cada persona tiene un bagaje, sabe cuándo le sienta mal un alimento. Nos pueden sentar mal en un momento de la vida o en momento del día, porque las hormonas son variables a lo largo del día y de la vida’.
En este ámbito, la Universidad de La Laguna impartirá desde el 27 de abril un curso de extensión universitaria titulado ‘Alimentación alternativa: Complementos, aditivos, plantas medicinales, alimentos sintéticos y del futuro’, dirigido por José Manuel Padrón y en el que ella participa como profesora.
Según la OMS, el Día Mundial de la Salud 2015 es una oportunidad para alertar a las personas que trabajan en diferentes sectores gubernamentales, agricultores, fabricantes, minoristas, profesionales de la salud, así como a los consumidores, sobre de la importancia de la inocuidad alimentaria, y la responsabilidad que cada uno puede desempeñar para garantizar que el mundo pueda tener la confianza de que la comida en su plato es segura para la ingesta.
*Nota y foto cedidas
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