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Universidad y ciudadanía deben analizar la realidad de forma más compleja y aportar claves de observación y metodologías rigurosas.
El grupo de trabajo que elabora la propuesta sobre Participación Ciudadana, en el marco del Pacto por Tenerife para Canarias, promovido por la Universidad de La Laguna, celebró una nueva sesión de trabajo en la Facultad de Geografía e Historia, en la que se abordó la implicación en la acción social desde la esfera profesional y universitaria. Estas perspectivas son, junto al marco institucional y a la dimensión ciudadana las que se han establecido para organizar el debate y las aportaciones formuladas por las personas participantes. Participaron en esta iniciativa Rosario Pino, Pelusa Palomino, Alicia Torres, Odalys Padrón, Carolina Martín y Coromoto Yanes.
La implicación de profesionales y técnicos en el avance de los procesos participativos centró buena parte de la sesión, planteándose la necesidad de favorecer el desarrollo de redes colaborativas. Para ello, sería necesario que las entidades públicas y privadas se comprometieran con la capacitación y la motivación de su personal técnico, así como con el fortalecimiento de perspectivas más transversales, tales como la igualdad, la participación o la interculturalidad.
También se enfatizó en la necesidad de establecer una comunicación permanente y bidireccional entre profesionales y técnicos con la ciudadanía, para analizar con mayor precisión y rigurosidad los asuntos de interés colectivo. En éste y otros aspectos, se plantea la idea de aprovechar el conocimiento y la experiencia de los “jubilados activos”, personas que han concluido su vida laboral, canalizándolas hacia el fomento de procesos participativos.
Finalmente, se reflexionó sobre la importancia del reconocimiento mutuo entre los actores que protagonizan la realidad de cualquier lugar, desempeñando cada uno su papel específico en un contexto de colaboración. El reto es identificar los temas clave para el conjunto y establecer el compromiso y la aportación que debe hacer cada dimensión (política, técnica y ciudadana), junto a la definición de la metodología que se utilizará para afrontarlos de manera colaborativa. En ese punto es donde el papel universitario pude ser fundamental.
El papel clave de la Universidad
El papel que debe desempeñar la academia en el desarrollo de procesos participativos de carácter comunitario debe aprovechar, sobre todo, su capacidad para realizar análisis más complejos de la realidad, aportando claves de observación y metodologías rigurosas. También en identificar experiencias participativas que se puedan considerar casos de referencia y buenas prácticas docentes, científicas y de extensión universitaria, que incidan en la sociedad estimulando la participación.
Durante la reunión se demandó a la universidad que aporte la pedagogía necesaria para que la comunidad valore la importancia que tiene desarrollar procesos participativos consistentes y duraderos, y que formule orientaciones metodológicas para su impulso y mejora continua. Todo ello, contando con un marco formativo adaptado a distintos requerimientos y tipos de demanda en el ámbito de la ciudadanía y la participación social, al que debe dedicar recursos materiales y humanos dada la importancia estratégica de mantener este tipo de estudios.
El Rectorado convocará en las próximas semanas una nueva sesión de trabajo en las instalaciones del Campus de Guajara para abordar la dimensión ciudadana de la Participación. A partir de ahí, se realizará una síntesis general analizando y debatiendo acerca de los elementos compartidos por el conjunto de perspectivas.
*Nota de prensa y fotografía cedidas por el Gabinete de Comunicación de la ULL
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