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Solicitar cita previaviernes 30 de noviembre de 2012 - 16:44 CET
El Observatorio de la Inmigración de Tenerife (OBITen), una iniciativa auspiciada conjuntamente por la ULL y el Cabildo de Tenerife, celebró el jueves 29 de noviembre su jornada técnica anual.
En este caso ha estado destinada a analizar las diferentes estrategias para armonizar la convivencia en ámbitos de gran diversidad cultural, como es el caso de Canarias.
En la presentación de la jornada estuvieron presentes el consejero de Empleo, Desarrollo Económico, Comercio y Acción Exterior del Cabildo de Tenerife, Efraín Medina, y el propio rector del centro anfitrión, Eduardo Doménech. El propio consejero señaló la importancia de fortalecer la cohesión social para construir sociedades en paz. `Tenemos que ser menos número y más personas´, alegó, al tiempo que también sostuvo la necesidad de trabajar con herramientas de integración, por lo que alabó la tarea que está llevando a cabo el observatorio.
Por su parte, el rector apuntó que ante un fenómeno tan dinámico y cambiante como es la población, y en especial la inmigrante, `OBITen ha sabido responder con tanta agilidad como rigurosidad, ofreciendo un análisis técnico y preciso de esta realidad demográfica a través de numerosos informes´. Doménech hizo hincapié en que la labor de este grupo de expertos va más allá del mero plano teórico y trata directamente con las personas, `ya que sin duda, el mejor modo de conocer los problemas y aspiraciones de la población es abordarlos cara a cara´. En su opinión, `el trabajo desarrollado en los barrios y con asociaciones de colectivos vecinales y de inmigrantes es, en este sentido, ejemplar, y una sana muestra de la capacidad que tienen las iniciativas académicas para bajar a pie de calle y afrontar sin el escudo del academicismo los problemas reales´.
De hecho, el encuentro de hoy no solamente recogerá el testimonio de gestores municipales de ayuntamientos como Sabadell o La Laguna y organizaciones ciudadanas y vecinales de Tenerife y Lanzarote. También habrá espacio para aportaciones de tipo más técnico, a cargo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona o de iniciativas como ?Juntos en la misma dirección?, promovida por el propio OBITen.
Este encuentro coincide con la reciente incorporación del Cabildo de Tenerife a la Red Española de Ciudades Interculturales (RECI), que ha permitido a las instituciones insulares entrar en contacto con otras poblaciones que comparten con la isla una composición demográfica diversa, intercambiar experiencias y presentar los resultados obtenidos durante años de trabajo en iniciativas de integración.
Para el rector de la ULL, la diversidad cultural plantea nuevos retos a la convivencia. `Y frente a posturas que afrontan este fenómeno como un problema, desde la universidad, que como su propio nombre indica es una institución abierta e integradora, proponemos la postura opuesta: la multiculturalidad como riqueza, un factor que puede favorecer la configuración de una sociedad más igualitaria y desarrollada´.
Diversidad europea
La coordinadora de la Red Española de Ciudades Interculturales y experta en migraciones internacionales, Gemma Pinyol, fue la primera ponente en participar en la jornada técnica de OBITen, que en su décimo segunda edición ha contado con 150 personas inscritas y 25 ponentes.
Pinyol señaló que Europa no es un escenario migratorio homogéneo, y, de hecho, demostró cómo hay un modelo central protagonizado por Francia y los países del Benelux, con una inmigración acaecida después de la Segunda Guerra Mundial de la que ya han salido cuartas, quintas y sextas generaciones de ciudadanos, frente a un modelo migratorio más reciente y vinculado a los países del sur, entre los que se encuentra España, que empezó a recibir población extranjera de forma masiva a partir del año 2000.
Por otro lado también figura el modelo de los países nórdicos, muy distinto a los dos casos mencionados y en este caso vinculado a procesos de acogida o de asilo relacionados con conflictos bélicos o políticos en los países de origen. Una cuarta y última clasificación vendría conformada por la Europa del Este, con un fenómeno migratorio poco conocido y donde se entremezclan países de tránsito con otros de destino.
La experta apuntó que ante este panorama tan diverso, la política migratoria de los países nació como una realidad inesperada, expresada a través de dos vertientes: por un lado, el control de flujos migratorios de entrada, con mecanismos reactivos de limitación de entrada y, por otro, a través de políticas de integración que vinieron a recaer sobre los servicios sociales de ayuntamientos y otros organismos y que han causado un enorme impacto.
En opinión de Pinyol, fueron las corporaciones locales las que tuvieron que dar respuesta a esta realidad sin estar preparadas para ello. Poco a poco los ayuntamientos han ido reclamando recursos y competencias, al tiempo que señalando demandas para gestionar ciudades pacíficas e integradoras.
La ponente explicó que aunque los flujos migratorios se hayan reducido debido a la crisis económica, la diversidad cultural no puede dejar de ser atendida, porque se ha de seguir trabajando para conseguir una sociedad cohesionada. Pinyol puso como ejemplo de mala práctica lo sucedido en Francia, con una inmigración que lleva décadas en el país galo y que, por falta de atención en los ámbitos locales, ha sucedido que en ocasiones se produzcan revueltas y alteraciones del orden público por parte de colectivos de inmigrantes insatisfechos.
Con todo, la experta destacó que la integración es mucho más que la atención que procuran los servicios sociales. Se trata de un proceso multidimensional y, de hecho, sostuvo que los programas europeos están haciendo énfasis en la mayor integración local.
La conferenciante apuntó algunas variables en las que España está bien situada y otras en las que no tanto. Así, destacó como aspectos positivos el nivel de reagrupación familiar o la residencia de larga duración, mientras que en el acceso a la nacionalidad, en el desarrollo de programas de dimensión intercultural en la escuela o en participación política en el contexto local no estamos en las mejores posiciones.
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